El asesinato de Platón


El asesinato de Platón, de Marcos Chicot, no es solo una novela que te atrapa desde sus primeras líneas, es, además, un libro de historia y un resumen del pensamiento de uno de los filósofos más grande que ha dado la humanidad, avanzado a su tiempo, que podría definir los problemas de la política actual a la perfección. En su época los demagogos dominaban el escenario político de la democracia ateniense, algo que se parece demasiado a nuestro panorama actual. Platón planteaba que, para poder llegar a tener buenos gobernantes, había que educar a los niños en la sabiduría y en la virtud para que el alma, que reside en la cabeza, domine a la ira y a los apetitos y deseos. No creía en la democracia porque no concebía que cualquier individuo, sin la preparación adecuada, pudiera llegar a tener el poder de gobernar; una reflexión difícil de discutir. En mi opinión, una democracia solo funciona con eficiencia si existe una masa social suficientemente educada, como para presionar hacia las formas de conducta necesarias para esa eficiencia. En la nuestra, por poner un ejemplo, aun cuando hay libertad de voto, somos demasiados los que seguimos pagando las facturas in IVA sin que nos cause ningún rubor. Lo que nos gobierna es lo que emana de nuestra sociedad y seguimos viendo la política como el deporte: a muerte con mi equipo haga lo que haga; así nos va.

Volviendo al libro, la descripción de la sociedad ateniense y de su rivalidad con la espartana, parece fruto de un gran estudio y documentación. La crueldad de las guerras entre griegos, los intentos de Platón por conseguir un gobierno justo y toda la trama que se desarrolla en la novela, la convierte en una lectura apasionante.

 

La sinopsis:

La ateniense Altea, una de las más brillantes discípulas de Platón, no sabe que tiene al enemigo en su propia casa, y que tanto ella como el bebé que espera se encuentran en peligro. Por su parte, su amigo y maestro Platón arriesga la vida para intentar hacer realidad su gran proyecto: un gobierno en el que impere la justicia en lugar de la corrupción, y la razón en lugar de la ignorancia y la retórica vacía de los demagogos.

Como telón de fondo, el surgimiento de una nueva potencia liderada por el invencible general Epaminondas, uno de los mayores genios militares de todos los tiempos, pone en juego la supervivencia tanto de Esparta como de la propia Atenas.