La Luz de las Antípodas


Mario Monge Juárez, merecido primer premio del III Alféizar de novela, nos adentra en la soledad a través de historias que transcurren en paralelo. Se lee de un tirón porque, además de no ser muy extensa, engancha enseguida. Asimismo, como escritor aficionado, me he sentido identificado en algunas de las vivencias del protagonista, sus inicios y motivaciones, la búsqueda de ideas para un relato, el impulso de concursar en algún certamen… Además, me ha gustado la forma de relacionar alguna historia con otra, que no mencionaré para no quitarle la oportunidad al lector de descubrirla por sí mismo.

La sinopsis:

El vigilante es un hombre solitario. Trabaja en el Club náutico de una ciudad del Mediterráneo, desde donde se ve una isla, Tabarca. Es un hombre fascinado por los océanos y por el estudio de las corrientes marinas. Una noche, el vigilante observa a una mujer en la ventana de enfrente de su trabajo en el Club náutico. Es un edificio grande, de apartamentos de verano. La mujer permanece toda la noche con la luz encendida, es una bailarina ya anciana. Desde ese momento se inicia una extraña relación entre el vigilante, la mujer y el flujo de las corrientes marinas.